A las 10 de la mañana suena el timbre: la emoción de Cecilia, Caramelito, Carrizo es total. Había pensando miles de veces en este gran día, pero por diferentes razones se venía posponiendo.
La maquilladora (Jennifer Blanco) y la peinadora (Jessicaleo) llegaron puntuales y en menos de lo imaginado, Cecilia ya está lista con un vestido strapless con tul y brillos. «Mirala, es un bombón», dice Damián Giorgiutti con esa misma mirada que más tarde será resaltada por Sebastián, su testigo.
Con el pelo semirecogido y un make up natural, Cecilia camina por su casa. Tiene los zapatos que compró a horas de reservar fecha, transparentes con un moño en la parte delantera.
Faltan como 2 horas para la hora señalada: a las 14:30 la esperan sus seres queridos para ver cómo ella y Damián darán el sí.
«El vestido lo hizo la diseñadora Marcela Daff y es hermoso. Fue un milagro, de casualidad hablé con Mariano Toledo, que es amigo mío y me recomendó a Marcela, fue su mentor. Yo ya tenía un mono pero ella quiso hacer el vestido y lo hizo en menos de dos semanas», cuenta Cecilia a Revista GENTE.
Caramelito está sentada en el living de su casa, donde minutos antes se maquilló y peinó. Atrás un gran portaretratos con una foto de su hermano Martín se impone. «Él siempre está», dice en referencia al batero que murió a raíz de una enfermedad degenerativa en 2022.
«No hay día en que no lo extrañe».
En el sillón dos fotógrafos observan atentos. Damián ya está listo: tiene un traje color manteca de lino y mocasines. Saluda y se va un rato más a trabajar. «Es diseñador», cuenta la conductora y actriz que conoció al papá de sus hijos cuando era productor de televisión.
«Habíamos hablado varías veces de casarnos. Y en este último tiempo, él me decía: `Mirá que tenés que poner fecha y me decís cuándo y si es mañana es mañana y sino cuando vos quieras´», relata.
Y fue más a o menos así, un día Cecilia dijo: «pongamos fecha» pero que pronto. «Esto fue a fin de octubre y estamos en noviembre», resalta.
Del otro lado del pasillo, Damián termina unos temas de trabajo y Lolo y Beni esperan a que sea la hora para ir al Registro Civil. Ya están todos listos.
«Casarme con Damián es coronar nuestra historia»
Algo de esta unión tiene un doble significado para ellos como familia. En 2023, Damián decidió separarse, pero 9 meses después llegó la reconciliación.
«En la vida te vas dando cuenta que todo puede ir pasando y se sigue moviendo. En ese tiempo en que estábamos separados, yo no sabía realmente qué iba a pasar», reconoce.
Pero la vida la volvió a sorprender para bien y Damián no solo quiso apostar a su familia sino que hoy, con tan solo verlos interactuar, corre una energía de total entendimiento y amor entre ellos.
«Para mí casarme con Damián es coronar nuestra historia de vida y de amor y nuestra familia hermosa. Tener hijos grandes que nos acompañaron en todos los momentos de nuestra vida… Siento que nos casamos los cuatro», suelta emocionada la única mujer de la casa.
Lolo, de 18, y Beni, de 15, al enterarse de la noticia se pusieron muy contentos. «Son muy sensibles», describe Damián al hablar de sus hijos.
Pero para ellos no fue una sorpresa. «Nosotros somos de tomar decisiones así. Nuestras vacaciones fueron decididas de un día para el otro, nuestras mudanzas, de un día para el otro… No somos de planificar demasiado las cosas a largo plazo. Entonces cuando les dijimos, Lolo dijo: `Y sí, el casamiento es como son ustedes, así de un día para el otro´».
Lolo y Beni se acercan, abrazan a su mamá, posan para las cámaras. Son altos y distintos el uno del otro, no hablan mucho, pero se los nota contentos. Miran el reloj: en un rato hay que ir saliendo.
«Yo sabía que a Damián lo quería para toda la vida. Pero, bueno, la vida también te va llevando y hay un otro para respetar y también están los tiempos de cada uno. No es solo amarse, quererse y acompañarse sino respetar al otro en lo que le va pasando, en lo que va queriendo, en lo que necesita», reflexiona Caramelito sobre las idas y vueltas de las relaciones.
Una relación más real para toda la vida
Damián mira el reloj: ya hay que ir saliendo. Baja en el ascensor a buscar el auto, mientras Cecilia se queda con Lolo y Beni, vestidos con camisas blancas y pantalones manteca y negro, respectivamente.
Afuera la temperatura es templada y el sol ilumina el verde de la Recoleta. Con su vestido de novia impulto y una sonrisa de oreja a oreja, Cecilia sube al tercer piso del Recoleta Mall donde está el registro civil. Además de varios familiares, la esperan algunas cámaras de televisión.
Ella y Damián, aunque él es un poco «tímido», saludan y dan notas. Hay una mujer con un vestido verde y unas facciones que gritan Carrizo que se acerca. «Soy Mirta, la mamá de Cecilia», se presenta. «Estoy muy contenta por ellos», suma.
La previa al civil es entre saludos, abrazos y recuerdos. Están también los hijos de Martín Carrizo, su hermano, que se muestran súper afectuosos. La más chiquita, Miranda, no se despega de su abuela y Benjamín, de su novia. También está Milena, la más grande de los tres.
Los testigos acompañan a la pareja a terminar el tramiterío. María Marta es la elegida de Cecilia. «Es una de mis mejores amigas. Hicimos jardín, primario y secundaria juntas», dice y cuenta que se conocen hace 46 años.
Sebastián, el de Damián, se conocen hace más de 35.
La sala se abre y la gente se sienta a esperar. En la primera fila Caramelito y Damián se toman de las manos y sonríen. Mirta habla con una persona que la saluda y ella contesta en voz baja: «Martín siempre está especialmente en los momentos felices».
Cecilia opinaba minutos antes que su hermano estaría muy feliz. Y esa energía sobrevolaba la sala.
El juez, con cámaras alrededor, invita a hablar a los testigos. Primero María Marta emociona a Cecilia, después es el turno de Sebastián. Beni y Lolo desde el costado les dicen unas palabras a sus padres.
«De chico siempre les preguntaba si se querían casar», dice Beni. Y cierra: Este casamiento hace que la relación entre nosotros cuatro sea mejor… más real y más leal para toda la vida«.
Ellos son los encargados de entregar la libreta, pero antes, Cecilia y Damián hacen sus propios votos e intercambian anillos.
Abajo, en la puerta del Recoleta Mall, los invitados esperan. Los flamantes marido y mujer se quedan un rato arriba, sacándose fotos, saludando. «Vamos a ir un día o dos a un hotel y más adelante capaz hagamos un viaje de luna de miel», dice Damián mientras espía a Cecilia.
Las puertas se abren y los pétalos de rosa rojos sobrevuelan.
27 años después de ponerse de novios, Damián Giorgiutti y Cecilia Carrizo son marido y mujer.
Foros: Diego García.